Pero desde
el Lunes Santo,
en la cuenta
atrás de un siglo,
siempre con
Juan Carlos Montes,
el del
corazón partido
bajo las
trabajaderas,
que
transmite el heroísmo
de los
hombres del costal,
eternizando
el prodigio
del que
sufre en la madera
y lo da todo
por Cristo
y su Madre
si hace falta
cambiar la
vida de sitio.
Deslumbra
una flor torera
en medio del
Baratillo,
que mira a
la Maestranza
y hace el
quite si es preciso.
Es Caridad,
Novia y Reina,
que presta
boca al suspiro
y con su
encanto transfiere
en su
pañuelo prendido
todo el
misterio y la gracia
que Lope y
Florencio unidos
fueron
capaces de hallar
en el suelo
que ahora piso,
donde el
amor se recrea,
y en medio
de los olvidos
Piedad y Misericordia
ponen
contrapunto al lirio.
Yo tengo en
el Arenal
tres amores
escondidos,
que son la
Carretería,
las Aguas y
el Baratillo.
Lunes,
Miércoles y Viernes,
porque así
Dios lo ha querido,
tres rosales
se han abierto
muy cerquita del Postigo.
(...)
Joaquín Caro Romero - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 2000.
(...)
Un Miércoles de Pasión
no había nada en San Lorenzo...
ni tan siquiera piropos
ni azahar, ni nazarenos
ni gente arremolinada
ni sudor de costalero,
ni pequeños monaguillos,
ni ciriales, ni el incienso,
ni pobres ni personajes
ni razón ni entendimiento,
ni latir de corazón
ni voces, ni pensamientos,
ni llamas de cirios blancos
ni los rumores del viento,
ni promesas ofrecidas,
ni encendidos juramentos;
ni música que tocara,
ni tan siquiera su eco,
no había claveles rosas
para en las jarras ponerlos,
ni la voz del capataz,
ni compás de saetero
ni gente en la Sacristía
ni cuatro manigueteros
para escoltar Su Presencia
ante los respiraderos.
De Hernán Cortés a la Plaza
todo era un sumidero
que recogía el sonido,
tornando todo en silencio.
Estaban solas las naves
y solitario el crucero,
solos solos los altares,
y los mármoles del suelo;
oscuro quedaba el coro
y mudo el órgano viejo.
Allí sólo estaba Ella
con mi prosa y con mi verso
que brotó del corazón,
y cuando hoy lo recuerdo
siento como en la garganta
un nudo se hace mi verbo
cuando pienso en aquel día
imborrable en San Lorenzo...
¡Solo con Su Dulce Nombre,
creí que estaba en el Cielo!
Rafael de Gabriel García - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 2004.
Judas vendió
con un beso
al mejor de los
nacidos,
por mis traiciones y olvidos
a
tanta columna preso.
Todo dolor tiene
acceso
a su corazón,
cualquiera
azota, escupe, macera
su silencio
maniatado.
¡Y llora por mi pecado
una
Madre Cigarrera!
¡Qué solemne
laberinto
de llantos, lino y
ternura
donde el aire es sepultura,
donde el silencio es distinto!
En
el sagrado recinto
siembra el
Amor su semilla
y la tarde se arrodilla
con pena tan alta y mustia,
¡que
pasa la Quinta Angustia
por el alma
de Sevilla!
Ignacio Montaño Jiménez - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 1997.
(...)
Nazareno
teorema,
tus
cofrades, tus hermanos,
son el
camino más corto
pero el
sendero más largo.
Yo me visto
de ruán
con ellos, y
en el esparto
pongo
cuerdas que me frenan
cuando pasas
a mi lado,
siguiendo la
travesía
de un
cortejo que al mirarlo,
parece un
altar de cultos
cuando
termina el quinario:
muchos
cirios humeantes,
fundidos
pero ordenados.
Pasas,
entras y te escondes,
de lejos
miro aquel tránsito,
por la
puerta de los muertos
que hoy es
la puerta del arco.
Parece que
vengo ya
de
enterrarte suspirando.
Pero joven y
San Juan,
vuelvo a
replegar mi manto,
y cruzo
entre las dos filas
y piso los
pies descalzos.
Vuelvo a
amanecer contigo,
Virgen de
perla y de campos,
de carmín y
de algodón,
de tules y
de bordados.
Virgen toda,
Virgen pena,
Virgen
cuajada de acantos,
Virgen de
yedra y de espinos,
Virgen flor
y Virgen tallo,
Virgen que
siembra en su pecho
con un puñal
como arado.
(...)
Francisco Javier Segura Márquez - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 2013.
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