A compás la cera llora
porque viene de regreso,
quedando en el aire preso
todo grito que le implora.
La luz el rostro le dora
dibujándolo en sonrisas
y al dejar Caballerizas
los blancos muros rozando,
una voz le va cantando
al son de los guardabrisas.
Y después:
cuando sigue caminando
bajo estrellas cristalinas,
a compás las bambalinas
sin querer van redoblando;
también la va acompañando,
la luna clara, el lucero,
la oración del nazareno,
una saeta gitana,
y un repique de campana
sin que toque el campanero.
porque viene de regreso,
quedando en el aire preso
todo grito que le implora.
La luz el rostro le dora
dibujándolo en sonrisas
y al dejar Caballerizas
los blancos muros rozando,
una voz le va cantando
al son de los guardabrisas.
Y después:
cuando sigue caminando
bajo estrellas cristalinas,
a compás las bambalinas
sin querer van redoblando;
también la va acompañando,
la luna clara, el lucero,
la oración del nazareno,
una saeta gitana,
y un repique de campana
sin que toque el campanero.
Antonio Rodríguez Buzón - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 1956.
(...)
¿En dónde
nacen las lágrimas
que no empañan los cristales?
Viendo a Jesús tan callado
sospecho de donde parte
ese llanto tan tranquilo,
tan resignado y suave,
que refresca y humaniza
sus mejillas celestiales.
Y antes que llegara el Viernes,
antes que se hiciera tarde,
Jesús fue a la Magdalena
sin que lo notara nadie,
para no esperar sentado
al Desamparo del Martes.
Y tan sencillo fue todo,
Señor de caña y vinagre,
Señor de ventana y reja,
que nada puede explicarse
sino mirando su cuerpo
con huellas de vendavales,
porque el soberano Cristo
de la Salud y Buen Viaje
le pidió a la Quinta Angustia
un sacrificio muy grande:
que dejara de llorar
y a San Esteban llevarse,
repartidas por su cara,
las lágrimas de su Madre.
Joaquín Caro Romero - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 2000.
que no empañan los cristales?
Viendo a Jesús tan callado
sospecho de donde parte
ese llanto tan tranquilo,
tan resignado y suave,
que refresca y humaniza
sus mejillas celestiales.
Y antes que llegara el Viernes,
antes que se hiciera tarde,
Jesús fue a la Magdalena
sin que lo notara nadie,
para no esperar sentado
al Desamparo del Martes.
Y tan sencillo fue todo,
Señor de caña y vinagre,
Señor de ventana y reja,
que nada puede explicarse
sino mirando su cuerpo
con huellas de vendavales,
porque el soberano Cristo
de la Salud y Buen Viaje
le pidió a la Quinta Angustia
un sacrificio muy grande:
que dejara de llorar
y a San Esteban llevarse,
repartidas por su cara,
las lágrimas de su Madre.
Joaquín Caro Romero - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 2000.
Largo silencio de plata
cruza unos labios callados
por una muerte inmediata
con un hábito morado
¿Qué está pasando, qué suena?,
¿Que aun siendo noche temprana
hay un silencio que truena
mas allá de La Campana?
¿No sabéis?
Un hombre va hacia el martirio
víctima de extraña ley.
Lo veréis sobre un lecho de lirios
y lleva Cruz de Carey.
Es un pobre Galileo
que apenas nadie había visto
antes de que fuera reo
y al que llaman... Jesucristo.
Fijaos bien en esos ojos
su mirada es un volcán
arropada por manojos
de suspiros de ruán.
No va solo hasta el Calvario
frente por frente a su faz
en Jerusalén tiene a un sicario
y en Sevilla a un capataz
y le acompaña también
y hasta le mece, y le arrulla
la turba en Jerusalén
y aquí en Sevilla una bulla.
Cuatro faroles de plata
dan luz desde cada esquina
a esa larga caminata
de una Cruz por Palestina.
Así llega a calle Cuna
humilde, como salió
poco después de la una
cuando Sevilla calló.
Vuelve de nuevo a su templo
entre el silencio feroz
del que Sevilla da ejemplo:
hablar sin dar ni una voz.
En tus ojos penitentes
brilla una luz de centeno.
Sevilla, devotamente
ve pasar mi Nazareno.
Carlos Herrera Crusset - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 2001.
(...)
No hizo
falta procesión,
paso,
cortejo de cirios,
tú estuviste
de otra forma,
Cachorro de
mis caprichos.
Te regalé un
Viernes Santo
de Zurraque
y de Postigo,
de Castilla
y Magdalena
de Puente y
Fray Ceferino.
Te regalé un
Viernes Santo
sin lluvia,
pero tú mismo
te hiciste
lluvia en vigilia
como en
tormenta y Rocío.
Yo te ofrecí
un Via Crucis
de cansancio
desmedido,
de no parar
ni un momento
pero tú
aguantaste el tipo,
y no faltará
este año
tu corazón
sobre Río.
Cristo de la
Juventud,
Cachorro que
sigues vivo,
que recibes
de los jóvenes
nuevas
fuerzas, nuevos bríos,
que no se quede
Sevilla
pensando que
ha envejecido,
que los
jóvenes no pueden
relevar a
los antiguos.
Somos
jóvenes cofrades,
no nos da
miedo el peligro,
de subir a
los altares
o bajar a lo
escondido.
Cristos
jóvenes que somos
Cachorros
nuevos de Cristo.
Somos
jóvenes cofrades
y trabajamos
unidos,
y el
Cachorro nos empuja
y nos ofrece
cobijo
y sostiene
nuestras almas
cuando ya
estamos vencidos.
Aquí está la
juventud
dando el
callo junto a Cristo.
Cachorros de
un mundo nuevo
pero
Cachorros contigo!
Francisco Javier Segura Márquez - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 2013.
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