¿Dónde se encuentra este azulejo: "lauda a Íñigo López"?
Esta lauda, lápida o piedra que se pone en la sepultura, es sumamente original al sustituir la habitual piedra o el bronce por el azulejo pintado, en este caso, con un total de treinta y dos azulejos. Su autor es Francisco Niculoso Pisano, de origen italiano afincado en Triana, quien introdujo esta técnica del azulejo de superficie plana, siendo la que nos ocupa su primera obra sevillana, y que posteriormente sería la insignia de la cerámica trianera.
Esta lauda, lápida o piedra que se pone en la sepultura, es sumamente original al sustituir la habitual piedra o el bronce por el azulejo pintado, en este caso, con un total de treinta y dos azulejos. Su autor es Francisco Niculoso Pisano, de origen italiano afincado en Triana, quien introdujo esta técnica del azulejo de superficie plana, siendo la que nos ocupa su primera obra sevillana, y que posteriormente sería la insignia de la cerámica trianera.
Pero esta no es la única característica a resaltar de esta lápida que se encuentra en el trascoro de la iglesia de Santa Ana, Catedral de Triana. Este sepulcro es especial, diferente, por ser el único dedicado a un esclavo. Según reza en la inscripción "esta figura y sepultura es de Iñigo Lopes, esclavo, en el año del Señor 1503".
Al parecer, una mañana Íñigo se estaba bañando desnudo en un estanque cuando su padrino y señor le asaltó y le pidió, más bien obligó, a que le dejara yacer junto a él. Escandalizado, el esclavo se negó y su "dueño" apagó sus deseos a golpes con Íñigo, acabando con su vida. Así, bien por remordimientos del asesino o por el recuerdo de un amor imposible, sus huesos reposan en esta parroquia.
En Triana se le conoce como "el negro" de Santa Ana, y según cuenta la leyenda, toda mujer que golpee el rostro con su pie siete veces encontrará novio. Los contínuos taconazos han provocado un deterioro en el rostro del pobre Íñigo, por lo que se ha tenido que proteger la lápida con una verja.
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