Hoy les traemos, para que nos desvelen dónde se encuentra, esta garita de estilo neobarroco, pero no de un cuerpo de guardia, más bien como decoración para un paso o acceso peatonal.
En 1911 Aníbal González diseña de una forma preclara una expansión de la ciudad hacia el este, basando esta expansión con las avenidas de Luis Montoto, Eduardo Dato y Ramón y Cajal, avenidas que tenían que salvar la vía férrea para conectar el centro de la ciudad con los barrios residenciales que nacieron entonces de Nervión, Amate y Cerro del Águila. Para ello hubo que construir tres puentes, de los cuales sólo queda uno en pie tras los cambios que se realizaron en la ciudad con motivo de la Expo'92: el Puente de San Bernardo.
Este puente se construye según un proyecto creado en el año 1924 conjuntamente por el arquitecto sevillano Juan Talavera y Heredia y el ingeniero José Luis de Casso Romero.
Uno de los aspectos que más destacan de él a primera vista es su condición de ser un elemento muy urbano, muy bien integrado en su entorno; lo que se consigue gracias a la aplicación de un trabajo detallado y bien realizado en el uso del ladrillo tallado, así como el diseño de los vistosos elementos singulares que dispone a lo largo de todo su recorrido.
Entre estos elementos destacan las airosas garitas superiores que conectan las escaleras de acceso con las aceras peatonales del puente, los elementos piramidales prefabricados de coronación con que se rematan los pretiles y las farolas de forja que se alinean a lo largo de su trazado.
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