(...)
Déjame
decirte aurora
detenida que
no avanza,
déjame decir
soñando
Estrella,
celeste fragua,
déjame
decirte, Estrella,
que hasta el
lucero del alba,
se ha
convertido en negrura
cuando ha
mirado tu cara.
Déjame
decirte día
besando tu
piel tan blanca,
déjame
decirte sol,
porque eres
astro que embarga,
déjame
decirte, Estrella,
que a tus
plantas las galaxias
hacen órbita
rondando
tu claridad
meridiana.
Déjame
decirte Estrella,
déjame
decirte... tantas
cosas que yo
ya te he dicho
pero vuelven
y se clavan,
y son
ángeles atlantes
de
maniguetas de plata,
son pañuelo
y Lignum Crucis,
y son todo y no son nada.
(...)
Francisco Javier Segura Márquez - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 2013.
Agua del costado abierto
purifica nuestra
espera
si al sol de la primavera
sale Jesucristo muerto.
Agua de las
Aguas, puerto
que sirve al alma de
abrigo.
¡Todo el barrio está contigo
cuando en perfil de saeta
se
dibuja tu silueta
en el Arco del Postigo!
Agua y
sangre del costado
que buscan cauce
fecundo
y que siembran por
el mundo
la voz de un crucificado.
Longinos de lado a lado
clavó la
lanza, castigo
de Aquél que por el amigo
sufre y muere por Amor,
y llora el
Mayor Dolor
en el Arco del Postigo.
Mayor Dolor
el que llora
en esa Madre
abatida
que muere por darnos vida
junto a la cruz redentora.
Y
cuando llega la hora
tremenda del
enemigo
ya no tiene más abrigo,
consuelo ni porvenir
que ver al
Hijo morir
en el Arco del Postigo.
Ignacio Montaño Jiménez - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 1997.
(...)
Cuando el Rey Alfonso XIII
recordaba en la distancia
toda la Felicidad
que atrás se quedó en la Patria,
acaso Virgen María
acaso, Madre, soñara
ser Jueves Santo en Sevilla
y que él te acompañaba.
Y seguro que Tus Ojos
en la Roma tan lejana
le animarían a vivir,
seguro que Tu Mirada
fue consuelo para él
cuando su vida cansada
se apagó en la lejanía
acordándose de España.
No olvidas a quien te quiere
en Tu Pureza Sin Mancha...
Este año Tu Hermosura
sé que lleva Pena amarga.
Cuánto sufres por sus hijos,
esos que Justicia claman ,
protégelos, Virgen Reina,
bajo Tu Manto que Salva.
Sufres Tú por su trabajo
por la Paz en cada casa,
por el calor del hogar
por la alegría diaria.
¡No llores Tú, Madre Buena
la de la Cara más Guapa
la de los Ojos más tristes
esos Ojos que derraman
esencia de flores nuevas,
-la más Honrada y más Santa-
no llores tú Cigarrera
que nos destrozas el alma!
Rafael de Gabriel García - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 2004.
Te veo venir de lejos
y ya estoy viendo venir tu muerte.
Me voy a tu encuentro
pausadamente
como tantos, absortos, perplejos.
Qué solo estás Cachorro,
con tanta gente
qué solo en tu cortejo.
A quien estás llamando con los ojos
si solamente un viento te acompaña
que se da mucha más saña
en aventar tus despojos
que en calmarte la agonía
que está dejando vacía
tu mirada de congojo.
Te veo venir desde lejos
y no sé si son tus ojos
los que están mirando al cielo
o es el cielo que es tan viejo
que le ha puesto a tu reflejo
una pena y un desvelo.
Y si estás muerto
¿por qué te siento?
Si no vives,
¿quién me habla?
¿De quién son esas palabras
que caídas de una cruz
me cortan como un lamento
con ese sagrado acento
de Jesucristo andaluz?
¿Eres Dios o eres madera?
¿Eres hombre, eres cualquiera?
¿O eres sólo primavera
que Triana a su manera
no ha dejado que muriera?
(...)
Carlos Herrera Crusset - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 2001.
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