(...)
Y serás y
eras y eres hostia pura,
carne y
sangre de Dios, cáliz, rocío,
capullo de
azahar, concha de río,
orbe de
nata, anillo de ventura.
Pequeño sol
de Dios, espiga, anhelo,
redonda flor
de sueños tan completa,
panderito de
harina del poeta,
moneda tú
con que comprar el cielo.
Verso vivo,
Jesús, verbo humanado.
Hostia digo
y los labios me floreces.
¿De qué
blanco trigal sacramentado?
No
comprendo, Señor. Y tú, con creces,
te nos
repartes pan multiplicado.
¡Multiplica
mis panes y mis peces!
Se alejó
hermoso el Paso en la Carrera
y Él se
quedó, paloma mensajera,
botoncito de
cisne levantado,
ojo que
vela, lágrima que salva.
Y sobre el
mundo fue la primavera
y aquí en
Sevilla un ángel engloriado
pobló del
azahar el alba malva.
Antonio Murciano - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 2005.
(...)
¡Qué corta
se hace la calle,
la calle de
Alfonso XII!
¡Qué luz
sobre la fachada
cuando ella
a entrar se dispone!
¡Cómo se
cambia la copla
de aquellos
ojos pintores!
Al Museo de
Sevilla
va el Lunes
Santo la noche,
a pintar la
maravilla
que en la
capilla se expone,
novia de los
pregoneros
de mis besos
horizonte.
Una Virgen
de Murillo,
blanca y
azul sin colores,
carita de
nazarena,
fin de las
comparaciones.
¡Qué corta
se hace la calle!
¡Qué corta
para su porte!
¡La Reina
vuelve al Museo
por la calle
Alfonso XII!
Francisco Javier Segura Márquez - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 2013.
“Que no
falte la blancura
ni la malla
ni el bullón.
Que no falte
la finura
ni el
pellizco en la amargura
de la
Sagrada Oración.
Ni el cirio
de los donantes,
ni el cáliz
que no pasó.
Ni aquellas
manos orantes
de varales
elegantes
que Lecaroz
se inventó.
Los
apóstoles dormidos
ni el Jueves
lleno de luz.
Ni los
labios encendidos
sobre el
jazmín coloridos
ni el
arcángel con su cruz.
Ni el olivo
ni el clavel
ni el lirio
y la flor de cera.
Que no falte
pinturera
atravesando
el dintel
la cuadrilla
costalera.
Capillera y
vestidor,
Vizcaíno y
fundadora,
y en su afán
repicador,
las campanas
y el rumor
del Rosario
de la Aurora.
Y en la
dulce evocación
de infinito
Septenario,
sólo tu
nombre, Rosario,
tu nombre en
mi corazón.
Tu nombre
como canción
que yo
olvidar no podía.
Tu nombre de
letanía,
Rosario de
Montesión.”
Francisco Javier Segura Márquez - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 2013.
(...)
Lo que el sol es a la luz
del mediodía más pleno,
lo que la raíz al árbol
y la verdad al sincero,
la sangre para las venas,
la Templanza y el sosiego,
la cadencia de la música,
lo que el barro al alfarero
lo que el pigmento al color
y lo que el aire es al viento,
lo que el espíritu al alma
y lo que el alma es al cuerpo
lo que el sonido a la fuente,
lo que a la forja es el hierro,
el agua al Guadalquivir
y lo que el frío al Invierno.
El repique a las campanas
el andar al costalero
el camino al peregrino
lo que al camino el sendero
lo que a las hojas el tallo
lo que a las aves el vuelo
el olor al azahar
y a la vejez el recuerdo;
lo que la voz a los cantes
y a los cantes el requiebro,
lo que el ruán a la túnica
que a tantos viste de negro,
lo que la hora al reloj,
el sentir al sentimiento
lo que al fruto la semilla
lo que el azul es al cielo
y la Giralda a la vista
bajo estrellas en un sueño
porque Tú Eres, Gran Poder,
la Esperanza y el Consuelo
la Fuerza para seguir
la Esencia de San Lorenzo,
Alivio para las penas,
Salud para los enfermos,
la Devoción que sustenta
a Sevilla los cimientos
y Señor de esta Ciudad
que cada día es un ruego
ante Tu Hombro Dolido
por la Cruz de Tu Tormento
subiendo por la escalera
–que va derecha hasta el Cielo-
para pedirte con Fe
porque todos te queremos,
y por eso en el Talón
de Tu Santo Pié derecho
Sevilla deja su Amor
cada Viernes en un beso.
Rafael de Gabriel García - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 2004.
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