martes, 18 de marzo de 2014

SEMANA SANTA EN ... LA POESÍA (18 de marzo)



Amargura, tú no vales
más por los hilos de Ojeda,
porque no hay oro que pueda
competir porque lo iguales.
Los faldones, los varales
en nada los tengo, en serio.
Aunque parezca un misterio
tú no eres Amargura.
El nombre es solo envoltura,
sacristía y presbiterio.
Tu nombre todos lo dicen
como el que dice quebranto,
y al nombrarte el Lunes Santo
te recuerdan, te bendicen
desde la cruz hasta el manto.
Y la marcha, y los claveles,
y San Juan, y la corona...
Todo eso es Amargura,
y para mí es otra cosa.
Amargura es una ojiva,
y una reja y un cancel,
que enseña a través de él
a María en perspectiva.
Para mí, Amargura es él,
Antoñito, el sacristán,
por quien las puertas están
abiertas a quien nos llama.
Amargura es una rama
de rosal del arriate.
Amargura es que yo trate
de pasar en Marzo y sienta
que está fallando la cuenta
en cuanto el manto delate
(porque a la puerta se enfrenta)
que después del retranqueo
me está esperando un paseo
de veinticuatro quilates.
(...)

Francisco Javier Segura Márquez - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 2013. 



¿Adónde va esa Estrella que cruza como un escalofrío
por entre niños y globos y almas en estado asombro?
¿De qué firmamento ha huido para hacerse mujer en Triana?
¿Qué hijos del cielo la están llevando a hombros?
¿Qué extraña y temblorosa filigrana
danza en mis labios cuando la nombro?
Va a Sevilla.

Viene de San Jacinto y a San Jacinto mira.
Quiere volver, atravesar su Altozano
y una cava y una calle.
Y tantas vidas
tanto planeta temprano
que la espera de recogida.
¿Quién dijo que una Estrella
era un brillo lejano
nacido en alguna huella
de un firmamento quebrado?
Quién dijo que están remotas
de Sevilla las estrellas
si aquí hay una que alborota
con su cara de doncella
con su nombre de lucero
de esos que el cielo regala
las noches en las que espero
con los sentidos en danza.
Se me abalance la luna clara
y la luna no se abalanza.
Con ese llanto que alcanza
la espalda de una emoción.
Lágrimas de redención
de este largo laberinto.
Es el llanto de una estrella
que en el cielo dejó huella
y que vive en San Jacinto.

Carlos Herrera Crusset - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 2001. 




El Cachorro vive, no muere en Triana;
se aviva en la brisa del Charco la Pava
con la gente suya que eleva plegarias,
si con los silencios, si con las palabras.
Ya en calle Castilla, rumorosa y larga,
no encuentra horizontes y la luz le falta
cuando duele el aire tibio de Triana.
Sevilla es la puerta solemne y lejana.
¡Ay, qué espesa sangre de la frente mana!
¡Qué borroso y bruno perfil de Giralda!
Florecen los clavos en las manos blancas
mientras que se agita la voz que se apaga.
Murieron los gritos en siete palabras
y ya quiere Cristo cerrar este drama.


Ignacio Montaño Jiménez - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 1997. 



SOLEDAD DE SAN LORENZO 
Junto a tu cruz se consume
de aquel gozo su perfume
y todo vuelve al comienzo.
La plaza queda en silencio
cuando entras Madre mía.
Mas no estás sola María

que en compañero me erijo
y al quererte como un hijo
tu Soledad, es la mía.
Tu soledad es la mía
y juntos Madre tú y yo
con la fuerza de tu amor
deshojaremos los días.
Volverá la algarabía
y aquella emoción que ansiamos
y aquella luz que estrenamos
en tarde de primavera
volverá con la primera,
¡Será Domingo de Ramos
y atrás se quedará la espera!

Ignacio José Pérez Franco - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 2012. 

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