Bartolomé Esteban Murillo fue el máximo exponente del barroco español en cuanto a pintura se refiere. Su partida de bautismo está fechada el 1 de enero de 1618 en la iglesia de la Magdalena.
Mientras realizaba el retablo del convento de los Capuchinos de Cádiz, Murillo cayó desde lo alto de un andamio, lo que le provocó el agravamiento de una hernia instestinal que llevaba consigo desde hacía tiempo, y que le produjo su muerte unos meses más tarde.
Al dictar su última voluntad pidió ser enterrado en la iglesia de Santa Cruz y que le dijeran misas en dicha iglesia y en el convento de la Merced. Esta primitiva iglesia de Santa Cruz desapareció y dejó el solar en el que hoy se encuentra la Plaza de Santa Cruz y donde podemos ver la lápida que buscamos. Por esto se sabe que Murillo está enterrado en algún lugar de esta plaza, pero se desconoce su ubicación exacta.
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