jueves, 22 de enero de 2015

RESPUESTA - 22 de enero - PASEANDO POR SEVILLA

El negocio de la seda tuvo una dilatada tradición sevillana. Se dice que antes de la epidemia de 1649 había tres mil telares donde trabajaban treinta mil personas. En 1520 llegó a tener dieciséis mil tejares. Y en 1779 se contaba con cuatrocientos sesenta y tres telares, algunos de ellos donde se mezclaba la seda con el oro.

El 8 de septiembre de 1909 se constituye a la desesperada un sindicato gremial de criadores de gusanos de seda y tejedores, hecho motivado por la epidemia que hablábamos al principio y que afectó a la industria sevillana. Una de las consecuencias de este intento de reflotar esta industria es la plantación de moreras, unas catorce mil en cuatro años, en los márgenes del Guadalquivir.

La Fábrica de sedas de Santiago Pérez fue otro empeño personal de un visionario que vio una gran oportunidad de negocio con estas extensas plantaciones. Hasta ese momento se exportaba a otros países el hilo de los capullos de los gusanos de seda, pero Santiago Pérez optó por llevar a cabo aquí mismo todo el proceso.

Obra de Antonio Gómez Millán en 1916, el edificio de la Avenida de Miraflores, a pesar de haber sido reconvertido en viviendas, continúa siendo de gran belleza tras su restauración conservando todos los detalles decorativos con los que fue diseñado.


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