"Sacó, en esto, de la faldriquera un
pañuelo randado para limpiarse el sudor, que llovía de su
rostro como de alquitara; y, apenas le hubo visto Cortado, cuando le marcó
por suyo. Y, habiéndose ido el sacristán, Cortado le siguió
y le alcanzó en las Gradas, donde le llamó y le retiró
a una parte; y allí le comenzó a decir tantos disparates,
al modo de lo que llaman bernardinas, cerca del hurto y hallazgo de su
bolsa, dándole buenas esperanzas, sin concluir jamás razón
que comenzase, que el pobre sacristán estaba embelesado escuchándole.
Y, como no acababa de entender lo que le decía, hacía que
le replicase la razón dos y tres veces.
-Vengo a decir a vuesas mercedes cómo
agora, agora, topé en Gradas a Lobillo el de Málaga,
y díceme que viene mejorado en su arte de tal manera, que con naipe
limpio quitará el dinero al mismo Satanás; y que por venir
maltratado no viene luego a registrarse y a dar la sólita obediencia;
pero que el domingo será aquí sin falta."
Las Gradas a las que se refiere son las que rodean la Catedral. Y, concretamente, la placa la podemos ver junto a la Puerta del Perdón.
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