El hijo del descubridor del Nuevo Mundo, Hernando Colón, fallece el 12 de julio de 1539, como reza en su lápida, cuyas medidas son de tres metros por uno y medio; es de bronce y cincelada a mano siguiendo los cánones del Renacimiento.
Ya en su testamento deja dicho cómo y dónde quiere ser enterrado y que no se lleve luto por él. Además deja escrito el diseño de su propia losa sepulcral, su epitafio y el escudo concedido a la familia por los Reyes Católicos con el lema "A Castilla y León Mundo Nuevo dio Colón", enmarcado por cuatro libros abiertos en los que aparecen los epígrafes: Autores, Ciencias, Epítomes y Materias, forma de ordenar su amplia biblioteca.
Desde muy antiguo las iglesias y catedrales de todo el mundo han tenido algún lugar reservado para enterramientos. La catedral de Sevilla no iba a ser menos. Así, Hernando Colón se encuentra en el suelo de nuestra iglesia mayor, en la zona entre la puerta de la Asunción y la trasera del trascoro.
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