"Entró en la Maestranza cuando saludaban al presidente las cuadrillas después del paseíllo. Iba delante de Álex, llamando un poco la atención a fuerza de no querer llamarla. Como esas actrices que, para guardar su incógnito, se calan unas gafas de sol tan grandes que a la fuerza se las tiene que mirar. Álex, siempre que acompañaba a su madre, se sentía un poco avergonzado. Palmira lo intuyó y se volvió a él en un gesto de ánimo. Dentro de la aparente indiferencia que caracterizaba a su hijo, en los últimos meses se había aficionado, si bien no con pasión, a lo que consideraba las mayores expresiones de las raíces andaluzas: el cante, la guitarra y los toros. No se las daba de entendido, pero el único calor que desprendía su vida, un tanto misteriosa y sombría, lo suscitaban esas tres fuentes. Tenía su abono a las corridas en una localidad más popular; pero hoy se había resignado a acompañar a su madre. Tal resignación tenía doble mérito: se lidiaba una corrida de la ganadería de su padre -una desventura para Álex, tan enemigo de la notoriedad-, y el espectáculo se retransmitía por televisión."
"MÁS ALLÁ DEL JARDÍN"
Antonio Gala
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